5 ideas para ayudar a los niños a calmarse después del colegio

La mayoría de los padres saben que, cuando recogen a sus hijos del colegio, a menudo vuelven con una variedad de emociones, desde excitados hasta malhumorados. A veces pueden tener una actitud malhumorada y otras pueden sufrir crisis emocionales, y tanto para el padre como para el hijo esa rutina extraescolar puede ser física y mentalmente agotadora. Puede haber días en que los deberes parezcan extenuantes, y fregar los platos para la cena sea un imposible, quizá incluso la hora de acostarse se convierta en un reto.

Sin embargo, recuerda que los niños son niños. No piensan con el mismo razonamiento que los adultos, y conseguir que los niños se relajen después del colegio hasta el punto de estar listos para irse a la cama puede parecer un reto algunos días, pero hay algunas cosas que los padres pueden hacer para ayudar a los niños a sobrellevar la salida del colegio.

"Colapso de las sujeciones después del colegio"

Puede que te preguntes cómo es posible que en el colegio recibas críticas positivas de tu hijo, pensando entonces sólo que después del colegio, las crisis y el desorden en casa no equivalen al alumno bien educado del que oyes hablar. Bueno, esto es normal, y algunos profesionales lo llaman "colapso de contención después del colegio".

Es bastante habitual que los niños se vuelvan "niños" después del colegio, sobre todo tras un largo día en la escuela o la guardería. Pueden llorar, tirar cosas, arremeter o, en general, ser poco razonables; sin embargo, esto es bastante habitual entre muchos niños. En el caso de los mayores, pueden manifestarse groserías e incluso faltas de respeto.

Los niños experimentan este "choque" porque a menudo pasan todo el día lejos de su sistema de apoyo, es decir, sus padres, a menudo enfrentados a temas desafiantes que deben aprender, junto con el comportamiento social, y una variedad de otras actividades sobreestimulantes. Aunque estar en casa en un entorno cómodo significa que vuelven a estar en una zona segura, esta zona segura se convierte en el lugar donde pueden dar rienda suelta a sus emociones, y por ello los padres pueden convertirse en objetivos, independientemente de la intención. Lo que es importante que tú, como padre, reconozcas es que tu hijo no está intentando tocarte las narices a propósito. Está experimentando un colapso emocional tras un largo día, igual que la mayoría de los adultos después del trabajo. Y ser padre significa que tendrás que ayudarles a superarlo, en lugar de devolverles el golpe.

Ejercicios de atención plena para niños

Uno de los primeros factores que puede parecer bastante obvio para algunos, pero que no lo es para otros, es un tentempié nutritivo. Al igual que los adultos, los niños también pueden tener "hambre" (hambre + enfado). Por tanto, sacar el hambre de la ecuación hasta que llegue la hora de cenar ya reduce la presión para los niños. Otro consejo es evitar las preguntas inmediatamente después del colegio. Deja tiempo a tu hijo para procesar el día. Han estado sobreestimulados y han acumulado emociones. Habla de los "¿qué ha pasado?" y "¿cómo te ha ido el día?" en la mesa de la cena o más tarde, cuando notes el momento en que sientes que tu hijo quiere hablar. Esto será diferente para cada niño. Lo mejor que se puede hacer con los niños es recibirlos con cariño y darles tiempo para que se relajen. A partir de ahí, es una partida de ajedrez conseguir que entren en una zona zen.

He aquí un par de consejos que pueden ayudarte a alcanzar esa zona zen y a que tu hijo, y tú, seáis más conscientes después del colegio.

1. Camina

La naturaleza es una forma estupenda de reconectar con nuestro yo interior. El movimiento no sólo es beneficioso para el alivio emocional, sino que los estudios demuestran que pasar tiempo en la naturaleza ayuda a mitigar el estrés que se acumula a lo largo del día. Pasar tiempo en la naturaleza también puede ayudar a prevenirlo en primer lugar, ya que tomas conciencia de ti mismo, de tus emociones y de tu ser.

Sin embargo, ¿cuánta gente vive junto al bosque? Si vives en una gran ciudad, puede que ésta no sea una solución práctica cotidiana; sin embargo, un paseo general es una forma estupenda de ayudar a tus hijos a refrescarse y liberar parte de esa energía y emoción acumuladas. Un paseo a paso ligero, una breve parada en el parque infantil, tomar diferentes rutas o incluso montar en bici son alternativas estupendas para que tu hijo tenga tiempo de relajarse. Además, si brilla el sol, recibirán una buena dosis de vitamina D.

2. Respiración

Otra forma estupenda es ayudar a los niños a aprender a meditar. Como adultos, si lo hacéis regularmente, ya sea mediante ejercicios de respiración o yoga, o incluso corriendo, conectar tu respiración y tu cuerpo ayuda a aliviar el estrés y a dormir mejor por la noche. Lo mismo vale para los niños. Anímales a que intenten relajarse cuando lleguéis a casa e intenta hacer ejercicios de respiración. Recuerda que los niños se aburren con facilidad, así que procura que el ejercicio sea breve y directo. Haz un ejercicio corto de 3-5 minutos y hacedlo juntos. Buscad un lugar juntos y practicad tomándoos unos minutos para liberaros de todo lo del día.

3. Ejercicio

Muchos niños tienen agendas apretadas, en las que los padres van a toda velocidad del colegio a los deportes, a los tutores y a la clase de música. Los niños tienen su propio flujo, y los padres tienen que aprender a aceptarlo. Una cosa es obligar a tus hijos a realizar diversas actividades, otra es probarlas, y otra aprender a trabajar con ellos para entender qué funciona y qué no.

Sin embargo, el ejercicio es estupendo para todos. Incluidos los niños. Ayúdales a entrar en una rutina en la que practiquen deporte con frecuencia, no a diario, hasta la extenuación. Permíteles canalizar su energía en actividades que les gusten. Algunas también pueden ser una forma estupenda de estrechar lazos con tu hijo, por ejemplo, haz que monte en bici mientras tú corres durante 30 minutos. Haced yoga juntos, o haced algo de freeletics juntos en casa. Tenlos presentes en todas las actividades y trabajad juntos para averiguar qué funciona, durante cuánto tiempo y con qué frecuencia.

4. Bailando

Bailar y mover el cuerpo es una forma estupenda de liberar energía, ser creativo y permitir el movimiento incluso en entornos con espacio limitado. Pon música, la que le guste a tu hijo, incluso prueba a cambiar de estilos y tipos de música y permítele bailar. Bailar ayuda a los niños a gestionar las emociones y a mejorar su adaptabilidad en la escuela. Los estudios han demostrado que bailar ayuda a los niñosespecialmente los que padecen trastornos emocionales o dificultades de aprendizaje, aumentan la autoestima, la expresión emocional y la capacidad de completar tareas.

5. Lectura de libros

Para la mayoría de los niños, irse a la cama suele ser algo temido. Para algunos niños es más fácil que para otros, y para los que simplemente están agotados después de todas las actividades programadas por los padres a lo largo del día, la hora de acostarse es una rutina que debe aprenderse. Algunos niños pueden tener rabietas y protestar, pero facilitar este periodo de descanso y enseñar al niño a aprender a relajarse completamente para estar "en el momento" es una habilidad vital para la vida. Una forma estupenda de hacerlo es mediante la lectura de libros y la hora del cuento. La lectura no sólo ayuda a tu hijo a desarrollarse cognitivamente, sino que también le ayuda a relajarse y a ser plenamente creativo en un mundo de ficción. Dormirse graciosamente con historias y personajes increíbles.

Encuentra los hábitos conscientes que funcionan y ponlos en práctica.

Por mucho que todos los padres quieran de verdad a sus hijos, hay veces en que pueden volvernos locos, sin embargo, independientemente de si tu hijo vuelve a casa del colegio con un colapso de contención después de clase o sigue teniendo una cantidad excesiva de energía, ayudarle a conseguir prácticas de atención plena como parte de su rutina extraescolar le ayudará a establecer habilidades para toda la vida para aprender a gestionar mejor sus emociones y su energía. Como con cualquier otra cosa, adulto o niño, establecer hábitos requiere tiempo y constancia. Ayuda a tu hijo con técnicas que le conduzcan a una experiencia extraescolar más placentera tanto para ti como para él.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

 / 

Acceder

Enviar mensaje

Mis favoritos